lunes, 8 de noviembre de 2010 | By: Circleliteratus

María Mercedes Carranza...

Fue una mujer muy inteligente, destacada en muchos ámbitos sociales: literatura, política, movimientos civiles, en fin... víctima de ella misma y de un sistema que quedó sin resolver y aun con las mismas decadencias que no logró ni siquiera reducir un ápice a pesar de sus esfuerzos. Víctima de tanto ultraje, del dolor mismo de ver a sus seres queridos destrozados por un sistema de asesinatos, secuestros, desapariciones... su hermano secuestrado y enfrentar su soledad... esa soledad profunda que le invadía en los últimos tiempos, cuando concluyó que no solo estaba sola de amigos, interventores a su causa y conocidos, sino también sola de su gran palabra, sola de su propia sombra que dejo de acudirle...entonces decidió, no solo asesinar palabras de las que estaba profundamente decepcionada, sino también... su propia carne. Su soledad, las pastillas y el Whisky...la salvación.

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Sobran
las palabras
Por traidoras decidí hoy,
martes 24 de junio,
asesinar algunas palabras.
Amistad queda condenada
a la hoguera, por hereje;
la horca conviene
a Amor por ilegible;
no estaría mal el garrote vil,
por apóstata, para Solidaridad;
la guillotina como el rayo,
debe fulminar a Fraternidad;
Libertad morirá
lentamente y con dolor;
la tortura es su destino;
Igualdad merece la horca
por ser prostituta
del peor burdel;
Esperanza ha muerto ya;
Fe padecerá la cámara de gas;
el suplicio de Tántalo, por inhumana,
se lo dejo a la palabra Dios.
Fusilaré sin piedad a Civilización
por su barbarie;
cicuta beberá Felicidad.
Queda la palabra Yo. Para esa,
por triste, por su atroz soledad,
decreto la peor de las penas:
vivirá conmigo hasta
el final.

María Mercedes Carranza


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