lunes, 27 de diciembre de 2010 | By: Circleliteratus

Sylvia Plath... Canción de Amor de la Joven Loca

Cierro los ojos y el mundo muere;
Levanto los párpados y nace todo nuevamente.
(Creo que te inventé en mi mente).

Las estrellas salen valseando en azul y rojo,
Sin sentir galopa la negrura:
Cierro los ojos y el mundo muere.

Soñé que me hechizabas en la cama
Cantabas el sonido de la luna, me besabas locamente.
(Creo que te inventé en mi mente).

Dios cae del cielo, las llamas del infierno se debilitan:
Escapan serafines y soldados de satán:
Cierro los ojos y el mundo muere.

Imaginé que volverías como dijiste,
Pero crecí y olvidé tu nombre.
(Creo que te inventé en mi mente).

Debí haber amado al pájaro de trueno, no a ti;
Al menos cuando la primavera llega ruge nuevamente.
Cierro los ojos y el mundo muere.
(Creo que te inventé en mi mente)
domingo, 26 de diciembre de 2010 | By: Circleliteratus

Anne Sexton -La balada de la masturbadora solitaria

Al final del asunto siempre es la muerte.
Ella es mi taller. Ojo resbaladizo,
fuera de la tribu de mí misma mi aliento
te echa en falta. Espanto
a los que están presentes. Estoy saciada.
De noche, sola, me caso con la cama.

Dedo a dedo, ahora es mía.
No está tan lejos. Es mi encuentro.
La taño como a una campana. Me detengo
en la glorieta donde solías montarla.
Me hiciste tuya sobre el edredón floreado.
De noche, sola, me caso con la cama.

Toma, por ejemplo, esta noche, amor mío,
en la que cada pareja mezcla
con un revolcón conjunto, debajo, arriba,
el abundante par espuma y pluma,
hincándose y empujando, cabeza contra cabeza.
De noche, sola, me caso con la cama.

De esta forma escapo de mi cuerpo,
un milagro molesto, ¿Podría poner
en exibición el mercado de los sueños?
Me despliego. Crucifico.
Mi pequeña ciruela, la llamabas.
De noche, sola, me caso con la cama.

Entonces llegó mi rival de ojos oscuros.
La dama acuática, irguiéndos en la playa,
en la yema de los dedos un piano, vergüenza
en los labios y una voz de flauta.
Entretanto, yo pasé a ser la escoba usada.
De noche, sola, me caso con la cama.

Ella te agarró como una mujer agarra
un vestido de saldo de un estante
y yo me rompí como se rompen las piedras.
Te devuelvo tus libros y tu caña de pescar.
El periódico de hoy dice que os habéis casado.
De noche, sola, me caso con la cama.

Muchachos y muchachas son uno esta noche.
Se desabotonan blusas. Se bajan cremalleras.
Se quitan zapatos. Apagan la luz.
Las criaturas destellantes están llenas de mentiras.
Se comen mutuamente. Están más que saciadas.
De noche, sola, me caso con la cama.


sábado, 25 de diciembre de 2010 | By: Circleliteratus

Emile Cioran...En el cementerio de las definiciones

Tenemos fundamento para imaginarnos un espíritu gritando: «Todo carece para mí ya de objeto, pues he dado las definiciones de todas las cosas»? Y si podemos imaginarlo, ¿cómo situarlo en la duración?

Soportamos tanto mejor lo que nos rodea porque le damos un nombre y nos desentendemos de ello. Pero abarcar una cosa con una definición, sea lo arbitraria que sea ‑y tanto más grave resulta cuanto más arbitraria, pues el alma se adelanta entonces al conocimiento‑, es rechazarla, volverla insípida y superflua, aniquilarla. El espíritu ocioso y vacante ‑y que no se integra en el mundo más que a favor del sueño‑, ¿en qué podría atarearse sino en ensanchar los nombres de las cosas, en vaciarlos, y en substituirlos por fórmulas? Después evoluciona sobre escombros; no más sensaciones; sólo recuerdos. Bajo cada fórmula yace un cadáver: el ser o el objeto mueren bajo el pretexto al que dieron lugar. Es el desenfreno frívolo y fúnebre del espíritu. Y ese espíritu se ha derrochado en lo que ha nombrado y circunscrito. Enamorado de los vocablos, odiaba los misterios de los silencios pesados y los volvía ligeros y puros: y él mismo llegó a ser ligero y puro, puesto que aligerado y purificado de todo. El vicio de definir ha hecho de él un asesino gracioso y una víctima discreta.

Y es así como se ha borrado la mancha que el alma extendía sobre el espíritu y que era lo único que le recordaba que estaba vivo.


(De su libro Brevario de Podredumbre -1949)

miércoles, 22 de diciembre de 2010 | By: Circleliteratus

Amelia Roselli....

Su padre asesinado... su hermano también. La vida entre países y estudios, da igual, su desenlace totalmente desligado de su evocación... su poesía de cosas desvirtuadas entre lo interno y lo externo, su poética siempre obsesiva, mántrica, de escrituras heterogéneas; es una “gramática de los pobres” que reescribe –balbuceando, tartamudeando– restos textuales de una tradición literaria plurilingüe que va de los metafísicos ingleses a Rimbaud, de Ezra Pound a Montale y a Dino Campana. Siempre en esa huida, diversificando su propio cerebro... va y regresa, le sorprende la muerte de su madre en Inglaterra (al regreso), es como si no hubiera podido evitarlo, dentro de sus contradicciones y la negación de su propia obra, la conducción de lo interno y el rechazo ambigüo de lo externo... se suicida. Con la unica seguridad que le dio su propia muerte...

El poema La Libélula fue escrito en 1958 y no fue hasta 1983 que ella decide publicarlo...

Fragmento de La Libélula...




...Otros poemas...
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Yo he cambiado de residencia, ya no soy la flor
tímida colgada donde estaban los sauces y no quiero tus ternezas
que cruel combato porque yo ya no tengo ternura.
Si quieres rozar mi tumba con tus delicadas manos
pon una pesada piedra de hierro sobre la blanca lápida que me
cubre, y escribirás
el verso que cierra
eI intenso parangón
Si no existiera esta crueldad mía y de otros si no
existieran esas alargadas piernas, esos dorsos desnudos y gráciles
bajo la hierba. No lograrás tu objetivo, antes de
pasar por mis canales estrechos y duros.

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Las flores crecen como dones y después
se dilatan
una vigilancia aguda las silencia
no cansarse jamás de los dones

El mundo es un diente arrancado
no me pregunten por qué
hoy tengo tantos años
la lluvia es estéril.

Buscando las semillas destruidas
eras la unión marchita que buscaba
robar el corazón de otro para después
usarlo.

La esperanza es un daño quizá definitivo
las monedas resuenan crudas en el
mármol
de la mano.

Convencía al monstruo de que se
escondiera
en los cuartos limpios de un albergue
imaginario
había en el bosque pequeñas víboras
embalsamadas.

Me disfracé de cura de la poesía
pero para la vida estaba muerta
las vísceras que se pierden
en el barullo
mueres barrido por la ciencia

El mundo es sutil y plano:
Deambulan allí pocos elefantes, obtusos.
jueves, 16 de diciembre de 2010 | By: Circleliteratus

Amén de Mariposas - Don Pedro Mir

A LA EMBAJADORA NORTEAMERICANA
EN MÉXICO, EL AÑO DE 1914

Porque, durante la ocupación de Veracruz por
Tropas de su propio país, exclama:

"- ¡Esta es la danza de la muerte
y creo que nosotros tocamos el violín!"

y por lo que en sus palabras suena de
admonitorio, de desgarrador y quien sabe si
hasta de maternal,


dedica

este poema
cincuenta años después,
cuando es mas alegre el gatillo del violín,
cuando más tumultoso el delirio de la danza.

Mariposa:
Caricatura de aeroplano.
Pulso de abismo,

Erudita de pétalos.

Antes que las manos
En la pared te mataron
...os ojos de los niños...

PEDRO Ma. CRUZ, Raíces iluminadas

PRIMER TIEMPO

Cuando supe que habían caído las tres hermanas
Mirabal
me dije:
la sociedad establecida ha muerto.

(lapislázuli A cuento de todo emblema ruidos
mentís en A referida un imperio en agonía
y cuanto ha sido conocido desde entonces
me dije
y cuanto ha sido comprendido desde entonces
me dije
es que la sociedad establecida ha muerto)

Comprendí
que muchas unidades navales alrededor del mundo
inician su naufragio
en medio de la espuma
pensadora
y que grandes ejércitos reconocidos en el planeta
comienzan a derramarse
en el regazo de la duda
pesarosa.
Es que
hay columnas de mármol impetuoso no rendidas al
tiempo
y pirámides absolutas erigidas sobre las civilizaciones
que no pueden resistir la muerte de ciertas mariposas.

Cuando supe que tres de los espejos de la sociedad
tres respetos del brazo orgulloso de los hombres
tres y entonces madres
y comienza del
día
habían caído
asesinadas

oh asesinadas

a pesar de sus telares en sonrisa
a pesar de sus abriles en riachuelos
a pesar de sus neblinas en reposo

(y todo el día lleno de grandes ojos abiertos)

roto el cráneo
despedazado el vientre
partida la plegaria

oh asesinadas

comprendí que el asesinato como bestias incendiada
por la cola

no se detendría ya

ante ninguna puerta de concordia
ante ninguna persiana de ternura
ante ningún dintel ni balaustrada

ni ante paredes
ni ante rendijas
ni ante el paroxismo
de los progenitores iniciales

porque a partir de entonces el plomo perdió su rumbo
y el sentido su rango
y solo quedaba en pie
la Humanidad
emplazada a durar sobre este punto
escandaloso
de la inmensidad
del Universo.

Supe entonces que el asesinato ocupaba el lugar
del pensamiento
que en luz de la casa
comenzaba a aclimatarse
el puerco cimarrón
y la araña peluda
que la lechuza se instalaba en la escuela
que en los parques infantiles
se aposentaba el hurón
el tiburón en las fuentes
y engranaje y puñal
y muñón y muleta
en los copos de la cuna
o que empezaba entonces la época rotunda
del bien y del mal
desnudos
frente a frente
conminados a una sola
implacable definitiva
decidida victoria
muerte a muerte.

Oh asesinadas

No era una vez
porque no puedo contar la historia de los hombres
que cayeron en Maimón
y Entero Hondo
a unos pocos disparos de Constanza
en el mismo corazón del ano de 1959
puesto que todo el mundo sabe que somos el silencio
aun en horas de infortunio

No era un vez porque no puedo contar la historia
de este viejo país del que broto la América Latina
puesto que todo el mundo sabe que broto de sus
vértebras
en una noche metálica denominada
silencio

de una vértebra llamada Esclavitud
de otra vértebra llamada Encomienda
de otra vértebra llamada Ingenio

y que de una gran vértebra dorsal le descendió
completa
la Doctrina de Monroe.

No contare esta historia porque era una vez no la
primera
que los hombres caían como caen los hombres con un
gesto de fecundidad
para dotar de Purísima sangre los músculos de la tierra.

La espada tiene una espina
la espina tiene una espera
la espera tiene una sangre
que invade a la verdadera

que invade al cañaveral
litoral y cordillera
y a todos se nos parece
de perfil en la bandera

la espiga tiene una espada
la espada una calavera.

Pero un día se supo que tres veces el crepúsculo
tres veces el equilibrio de la maternidad
tres la continuación de nuestro territorio
sobre la superficie de los niños adyacentes
reconocidas las tres en la movida fiebre
de los regazos y los biberones
protegidas las tres por la andadura
que su maternidad navegadora
navegable
por el espejo de su matrimonio
por la certeza de su vecindario
por la armonía de su crecimiento
y su triple escuela de amparo
había caído en un mismo silencio asesinadas
y eran las tres hermanas Mirabal

Oh asesinadas

entonces se supo que ya no quedaba más
que dentro de los cañones había pavor
que pólvora tenia miedo
que el estampido sudaba espanto
y el polvo lividez
y que entrábamos de lleno en la agonía de una edad
que esto era el desenlace de la Era
Cristiana

Oh dormidas
oh delicadas
que injuria de meditar.

El mes de noviembre descendía sobre los hombros
como los árboles aun debajo de la noche y aun
dando
sombra

Oh eternas

El péndulo palpitaba las horas del municipio
y el pequeño reloj destilaba en silencio gota a gota
veinticinco visiones de un día llamado de noviembre.

Pero aun no era el fin
oh dormidas
aun no era el fin
no era el fin.

SEGUNDO TIEMPO

Cuando supe que una pequeña infamación del suelo
en el Cementerio de Airlington
se cubría de flores y manojos de lagrimas
con insistencia de pabellones y caballos nocturnos
alrededor de un toque de afligida trompeta
cuando todo periódico se abría en esas paginas
cuando se hicieron rojas todas las rosas amarillas
en Dallas
Texas
me dije
como era presidencial
el nuevo mes de noviembre

ya millones de seres tocaron lo imposible
ya millones de seres ya millones de estatuas ya
millones
de muros de columnas y de maquinas
comprendieron de súbito
que el asesinato
no ha sido

ni un fragmento de minuto

calculado solamente para las cabezas semicoloniales
y sustantivas
de las tres hermanas Mirabal
sino

que este inédito estilo de la muerte
producto de las manos de los hombres
de manos de hermanos
(por todo el siglo)
muerte sana y artesana
(por todo el mundo)
provista de catálogos
(por todo el tiempo)
de numero de serie o serial number
y venida de fuera a made in usa

fría inalterable desdeñosa desde arriba desde
entonces
esta muerte

esta muerte

esta muerte
asume contenido universal
forzosamente adscrita a la condición

del ser humano
en cuyo espectro solar figura todas las formulas
personales

y todas las instancias puras

del individuo

tal

como va por la calle
como habitante de la ciudad con todo su derecho
como

continuador esencial del índice de población o séase
representante manufacturero indiferente agente de
seguro repartidor de leche asalariado guarda
campestre administrador o sabio o poeta o portador
de una botella de entusiasmo estilo donde están
convocadas todas las palabras

ciclamen platabanda metempsicosis
canícula claudia clavicémbalo
cartulario venático vejiga
trepa caterva mequetrefe
primicia verdulera postulante
palabra todas sustitutivas
palabras pronunciables
en lugar de presuntas actitudes
y todas las maldiciones y protestas
y las posiciones geométricas igual
que la rotura del sentido igual
que la rotura de una biela igual
que el desgarrón de la barriga igual
mente todo desquiciado y rom
pido todo maligno y amargo
todo reducido a sombra
y nadidad y oscuridad
y estadidad
palabra mentirosas llenas
de contenido impronunciable
y desechos del organismo
de cualquier muchacha igual
que de cualquier cochero igual
que el choque de la portezuela
del catafalco igual
fue esta universal investidura de la que no estaba
exento
nadie nadie
ni yo
ni tu
ni nosotros ni ellos ni nadie
podridamente nadie
nadie
desde el mismo momento en que fueron golpeadas
ciertamente
profesionalmente
maquinalmente

tres de las hermanas Mirabal

hasta llegar
en punto
exactamente
al
fin fin fin
de la Era
Cristiana

(Oigamos
oigamos
esto retumba en el
más
absoluto silencio
muchas unidades navales en todos los océanos
inician
su hundimiento después
de deglutir los archipiélagos
de miel envenenada
grandes ejércitos destacados en la entrada del
mundo
comienzo a reintegrarse
a sus viejos orígenes
de sudor y clamor
en el seno de las masas
populares
en el mas
en el mas categórico y el mas
absoluto
silencios)

Porque

hay columnas de mármol impetuoso no rendida al
tiempo
y pirámides absoluta erigida sobre las
civilizaciones
que no pueden resistir la muerte de ciertas
mariposas

y calles enteras de urbes imperiales llenas de
transeúntes
sostenidas desde la base por tirantes y cuerdas de
armonía
de padres a jija de joven a jovenzuela de escultor a
modelo

y artilleros atormentados por la duda bajo el cráneo
cuyas mirandas vuelan millares de lenguas sobre el
horizonte
para alcanzar un rostro flotante mas allá de los
mares

y camioneros rubios de grandes ojos azules
obviamente veloces
que son los que dibujan o trazan las grandes
carreteras
y transportan las grasa que engendra las bombas
nucleares

y portaviones nuevos de planchas adineradas
invisibles
insospechablemente unidos al rumbo del acero y del
petróleo
y gigantes de miedo y fronteras de radar y divisiones
aéreas
y artefactos electrónicos y maquinas infernales
dirigidas
de la tierra hacia el mar y del cielo a la tierra y
viceversa
que no pueden
resistir
la muerte
de ciertas
mariposas

porque la vida entera se sostiene sobre un eje de
sangre
y hay pirámides muertas sobre el suelo que
humillaron
porque el asesinato tiene que respetar si quiere ser
respetado
y los grandes imperios deben medir sus pasos
respetuosos
porque lo necesariamente débil es lo necesariamente
fuerte
cuando hay una hora en los relojes antiguos y los
modernos
que anuncia que los mas grandes imperios del
planeta
no pueden resistir la muerte muerte

de ciertas ciertas
debilidades amen
de mariposas.

martes, 14 de diciembre de 2010 | By: Circleliteratus

Stéphan Mallarmé... El Fauno

¡Estas ninfas quisiera perpetuarlas!

Tan claro,

su ligero encarnado, que en el aire revuela

abatido de espeso letargo.

¿Amaba un sueño?

Montón de antigua noche, mi duda ha terminado

en mucha rama tenue que, habitando las mismas

florestas, prueba, ¡ay!, que sólo me ofrecía

como triunfo la falta ideal de las rosas.

Reflexionemos...

Si las mujeres que glosas

un anhela semejan de tus sentido pródigos,

la ilusión, fauno, escapa de los ojos azules

y fríos, tan llorosa fuente de la más casta:

mas la otra, en suspiros, ¿dices tú que contrasta

como brisa del día cálida en tu toisón?

¡Qué no! por el inmóvil y cansado desmayo

de calor sofocando la matinal frescura,

no murmura agua alguna que no vierta mi flauta

al otero rociado de acordes; sólo el aire

pronto a exhalarse fuera de los dos tubos, antes

que disperse el sonido en infecunda lluvia,

es, en el horizonte de línea perfecta,

el invisible y sereno aliento artificial

de toda inspiración que hasta el cielo retorna.

Oh ribas sicilianas de un sereno pantano

Que en lucha con los soles mi vanidad despoja,

Tácitas bajo flores de centellas, DECID

Que yo cortaba aquí huecos juncos domados

por el talento; y sobre el oro de los sotos

lejanos, consagrando su viña a las fontanas,

ondula una blancura animal en reposo:

y que, al preludio lento donde nacen las flautas,

vuelo de cisnes, ¡no!, de náyades se escapa

o hunde...

Inerte, todo arde en la hora encendida,

sin decir por cual arte en conjuro partieron

tanto ansiados hímenes por la que busca el la:

me levantaré, ¡lirios!, al naciente fervor,

recto y solo, bajo hondas antiguas de fulgor,

seré uno de vosotros para la ingenuidad.

Sólo esta nada dulce por su labio anunciada,

el beso, calladamente, perfidias asegura,

mi pecho virginal muestra una mordedura

misteriosa, legado de algún augusto diente;

¡ya basta! arcano tal optó por confidente,

junco basto y gemelo bajo el azul sonando:

que, desviando hacia sí la turbada mejilla,

sueña, en un solo largo, que nosotros gozamos

la belleza en redor llena de confusiones

falsas entre sí mismas y nuestro canto crédulo

y de lograr, tan alto como amor se modula,

desvanecer del sueño ordinario de flanco

o dorso puro, ciega mi vista que los sigue,

una sonora, vana y monótona línea.

¡Quieres, pues, instrumento de fugas, oh maligna

siringa, florecer en el lago aguardándome!

Con mi rumor altivo quiero hablar largo tiempo

de las diosas; y, por idólatras pinturas,

despojar todavía cinturas a su sombra:

así, cuando a las vides la claridad succiono,

desterrando un dolor por la mentira aislado,

alzo, riente, el exhausto racimo al cielo estivo

y soplando en sus pieles brillantes, de embriaguez

ávido, hasta el ocaso yo miro a su trasluz.

Oh ninfas, rebasemos los múltiples RECUERDOS.

"Mis ojos, horadando los juncos, asestaban

cada talle inmortal que hunde fuego en las ondas

con un grito de rabia al cielo de la fronda;

y el espléndido baño de cabellos huía

en estremecimiento y brillos, ¡pedrerías!

Corro; cuando a mis pies se enredan (afligidas

de languidez gustada en el mal de ser dos)

entre sus solos brazos las durmientes casuales

yo, sin desenlazarlas, las arrebato y hurto,

odiado por la frívola sombra, hasta el macizo

de rosas que desecan todo perfume al sol

donde nuestro ardor sea como el día extinguido".

¡Yo te adoro, enfado de vírgenes, delicia

feroz del sacro cuerpo desnudo que resbala

y huye a mi ardiente labio en destello agitado!

el espanto secreto que brota de la carne:

de los pies de la cruel al pecho de la tímida,

que abandona a la vez una inocencia, húmeda

de loco llanto o menos afligidos vapores.

"Mi crimen es haber, feliz de vencer miedos

traidores, separado intrincados cabellos

de besos que los dioses guardaban confundidos,

pues iba apenas para velas ardiente risa

tras los pliegues felices de una sola (guardando

con dedo simple para que su candor de pluma

se tiñera del gozo de su hermana que enciéndese,

la pequeña, cándida y sin ruborizarse:)

que de mis brazos rotos por las muertes inciertas

como una presa siempre ingrata se libera

sin piedad del sollozo del que aún ebrio estaba".

¡Tanto peor! la dicha de otras me arrastrará

por su trenza a los cuernos de mi frente sujeta:

tú sabes, pasión mía, que, púrpura madura,

cada granada estalla con murmullo de abejas,

y nuestra sangre, amando a quien viene a cogerla,

fluye por el eterno enjambre del deseo.

A la hora en que el bosque muere en oro y cenizas,

una fiesta se exalta en muriente follaje:

¡Etna! es en tu redor, visitado por Venus,

en tu lava posando sus talones ingenuos,

cuando retumba un sueño donde expira la llama.

¡Tengo la reina!

¡Oh, cierto castigo...!

Mas el alma,

de palabras vacante y este cuerpo aturdido,

sucumben a la fiera calma del mediodía;

sin más, fuerza es dormir en el blasfemo olvido,

en la sedienta arena yaciendo, ¡pues me place

abrir la boca al astro eficaz de los vinos!

Adiós, oh par; veré la sombra en que os volvéis.

lunes, 13 de diciembre de 2010 | By: Circleliteratus

Jack Kerouac... City Blues

" El jazz se suicidó
pero no dejó suicidarse a la poesía
no temas el frío aire nocturno
no escuches a las instituciones
cuando devuelvas manuscritos a la arenisca
no saludes
no pelees por los pioneros de Edith Warton
o la prosa de Nebraska de Ursula Major
cuelga simplemente en tu patio
ríete jugando amablemente
pastel trombón
si alguien te da perlas juju
judío, o cualquier otro
duerme con ellas alrededor del cuello
tus sueños serán mejores
no hay lluvia no hay yo
te lo digo tío
seguro como la mierda. "

Jack Kerouac

sábado, 11 de diciembre de 2010 | By: Circleliteratus

El Último Amor...

I
Amor mío, amor mío.
Y la palabra suena en el vacío. Y se está solo.
Y acaba de irse aquella que nos quería. Acaba de salir. Acabamos de oír cerrarse la puerta.
Todavía nuestros brazos están tendidos. Y la voz se queja en la garganta.
Amor mío...
Cállate. Vuelve sobre tus pasos. Cierra despacio la puerta, si es que
no quedó bien cerrada.
Regrésate.
Siéntate ahí, y descansa.
No, no oigas el ruido de la calle. No vuelve. No puede volver.
Se ha marchado, y estás solo.
No levantes los ojos para mirarlo todo, como si en todo aún estuviera.
Se está haciendo de noche.
Ponte así: tu rostro en tu mano.
Apóyate. Descansa.
Te envuelve dulcemente la oscuridad, y lentamente te borra.
Todavía respiras. Duerme.
Duerme si puedes. Duerme poquito a poco, deshaciéndote, desliéndote
en la noche que poco a poco te anega.
¿No oyes? No, ya no oyes. El puro
silencio eres tú, oh dormido, oh abandonado,
oh solitario.
¡Oh, si yo pudiera hacer que nunca más despertases!

II
Las palabras del abandono. Las de la amargura.
Yo mismo, sí, yo y no otro.
Yo las oí. Sonaban como las demás. Daban el mismo sonido.
Las decían los mismos labios, que hacían el mismo movimiento.
Pero no se las podía oír igual. Porque significan: las palabras
significan. Ay, si las palabras fuesen sólo un suave sonido,
y cerrando los ojos se las pudiese escuchar en el sueño...

Yo las oí. Y su sonido final fue como el de una llave que se cierra.
Como un portazo.
Las oí, y quedé mudo.
Y oí los pasos que se alejaron.
Volví, y me senté.
Silenciosamente cerré la puerta yo mismo.
Sin ruido. Y me senté. Sin sollozo.
Sereno, mientras la noche empezaba.
La noche larga. Y apoyé mi cabeza en mi mano.
Y dije...
Pero no dije nada. Moví mis labios. Suavemente, suavísimamente.
Y dibujé todavía
el último gesto, ese
que yo ya nunca repetiría.

Vicente Aleixandre

Extracción de la Piedra de la Locura...



Alejandra Pizarnik
viernes, 10 de diciembre de 2010 | By: Circleliteratus

Alta Marea...

Cuando un hombre y una mujer que se han amado se separan
se yergue como una cobra de oro el canto ardiente del orgullo
la errónea maravilla de sus noches de amor
las constelaciones pasionales
los arrebatos de su indómito viaje sus risas a través de las piedras
sus plegarias y cóleras
sus dramas de secretas injurias enterradas
sus maquinaciones perversas las cacerías y disputas
el oscuro relámpago humano que aprisionó un instante el furor
de sus cuerpos con el lazo fulmíneo de las antípodas
los lechos a la deriva en el oleaje de gasa de los sueños
la mirada de pulpo de la memoria
los estremecimientos de una vieja leyenda cubierta de pronto
con la palidez de la tristeza y todos los gestos del abandono
dos o tres libros y una camisa en una maleta
llueve y el tren desliza un espejo frenético por los rieles de
la tormenta
el hotel da al mar
tanto sitio ilusorio tanto lugar de no llegar nunca
tanto trajín de gentes circulando con objetos inútiles o
enfundadas en ropas polvorientas
pasan cementerios de pájaros
cabezas actitudes montañas alcoholes y contrabandos informes
cada noche cuando te desvestías
la sombra de tu cuerpo desnudo crecía sobre los muros hasta el techo
los enormes roperos crujían en las habitaciones inundadas
puertas desconocidas rostros vírgenes
los desastres imprecisos los deslumbramientos de la aventura
siempre a punto de partir
siempre esperando el desenlace
la cabeza sobre el tajo
el corazón hechizado por la amenaza tantálica del mundo

Y ese reguero de sangre
un continente sumergido en cuya boca aún hierve la espuma de los
días indefensos bajo el soplo del sol
el nudo de los cuerpos constelados por un fulgor de lentejuelas
insaciables
esos labios besados en otro país en otra raza en otro planeta en otro
cielo en otro infierno
regresaba en un barco
una ciudad se aproximaba a la borda con su peso de sal como un
enorme galápago
todavía las alucinaciones del puente y el sufrimiento del trabajo
marítimo con el desplomado trono de las olas y el árbol
de la hélice que pasaba justamente bajo mi cucheta
éste es el mundo desmedido el mundo sin reemplazo el mundo
desesperado como una fiesta en su huracán de estrellas
pero no hay piedad para mí
ni el sol ni el mar ni la loca pocilga de los puertos
ni la sabiduría de la noche a la que oigo cantar por la boca de las
aguas y de los campos con las violencias de este planeta
que nos pertenece y se nos escapa
entonces tú estabas al final
esperando en el muelle mientras el viento me devolvía a tus brazos
como un pájaro
en la proa lanzaron el cordel con la bola de plomo en la punta y el
cabo de Manila fue recogido
todo termina
los viajes y el amor
nada termina
ni viajes ni amor ni olvido ni avidez
todo despierta nuevamente con la tensión mortal de la bestia que
acecha en el sol de su instinto
todo vuelve a su crimen como un alma encadenada a su dicha y
a sus muertos
todo fulgura como un guijarro de Dios sobre la playa
unos labios lavados por el diluvio y queda atrás
el halo de la lámpara el dormitorio arrasado por la vehemencia
del verano y el remolino de las hojas sobre las sábanas vacías
y una vez más una zarpa de fuego se apoya en el corazón de su presa
en este Nuevo Mundo confuso abierto en todas direcciones
donde la furia y la pasión se mezclan al polen del Paraíso
y otra vez la tierra despliega sus alas y arde de sed intacta y sin raíces
cuando un hombre y una mujer que se han amado se separan.

Enrique Molina

miércoles, 8 de diciembre de 2010 | By: Circleliteratus

Domingo a Domingo

Sólo nos queda mirar la luz de la luciérnaga,
ese último chispazo de la hoguera del verano
flotando en el silencio del bosque.
Miremos la luz de la luciérnaga.
A ella se ha reducido el mundo.

Domingo a domingo se sucedieron
rostros besados
junto a ramos de nomeolvides,
sueños secretos que se espían
entre un confuso murmullo de grillos y relojes.

Ahora no sabemos qué hacer.
La mañana es tan vieja,
y su rocío se evapora en las manos.
No sabemos qué hacer entre los muros desolados.
Damos inútiles pasos a lo largo de la casa.

Sólo nos queda mirar la luz de la luciérnaga,
ese débil chispazo de la hoguera del verano
más breve que la memoria de una ola.
Miremos la luz de la luciérnaga.
A ella se ha reducido el mundo.

Jorge Teillier