domingo, 31 de mayo de 2015 | By: Circleliteratus

He vuelto desde la esquina...



He vuelto desde la esquina
bajo una lluvia copiosa caminando lento
asustada en las gotas
arruinada en el cabello
y el labio partido por la angustia
y cada mano incesante y aguzada suprimiendo
en las gotas un grito de esperanza
Es una noche anónima sin referencias
de cualquier manera el mes y el año solo marcan el tiempo
un futuro anónimo
ahora solo ha contado el recuerdo
de hace mucho en poco sin residuos
He aflojado mi alma
quebrantada en un lenguaje de culpa
y acaricié con cuidado tus ojos ciegos de mi
y de ti mi mar que nos anida...

Un sueño ignoto de sonrisas
siempre comienza con el adiós...



miércoles, 27 de mayo de 2015 | By: Circleliteratus

Ilusorios...


Ilusorios
viajamos en trapecios de nubes y triciclos de humo
ingenuos como la primavera
cautivos del lenguaje... paralíticos de palabras
gestos, sonrisas
pletóricos de ciudades enteras llenas de espinas que plantamos
pero gustosamente, sangrando.

Sufrimos en el placer de un sacrificio
y la ilusión siempre de ser recompensados
es lo que necesitamos apenas para seguir
un atisbo del viento tan solo
para fortalecer hasta la próxima caída.
Caer y caer y volver a caer sin importar el impacto de la caída
el polvo tragado en la garganta áspera y sedienta
y el agua que nos brota de los poros
nutridos de sufrimiento.

Son tus ojos turbios los que recaudan ese caudal arenoso del abismo
fragilmente perdidos con azotes de tiempo...
cómo quisiera que me entendieras
cómo es posible llegar sin haber caminado hasta ahí
rezar ese credo sórdido en una lengua ininteligible...
crearme como una estatua en la arenilla

Es tu lejanía el gran brazo que dispone mi fuerza
allí se esconde un animal trepidante
lleno de reliquias y escombros y muertos
de soledades ruidosas que señalan grandes cruces en las noches de dos lunas
yo me conozco en la sombra, como la otra
ausente
con el manto y el fantasma que me prometiste
me conozco por tus manos y pies
vertida como una cosa que se escurre y no vuelve
y sigue la música de su muerte
con el rastro de una lágrima que se secó.

Yo no te veo
no puedo adivinar tus ojos
o serán dos luces que me llaman?

(he sentido tu olor cuando en cuclillas me arrimo a tu ruedo...)



Maria Antonia Segarra