domingo, 14 de noviembre de 2010 | By: Circleliteratus

¿Dónde Llorar?...

...y si las dejara escapar nomás, a galope, con fuerza, que no quedara nada más de dónde sacar, darles la libertad que desean, sin el estuche de sonrisa que les monto, excluidas de su transparencia, vertidas hacia dentro como...la sangre. Quizás porque son como ella: espesas y gotean lento, su peso e importancia. Tengo tantas razones para poseerlas, hay tantos nichos que aun no se sacian de enterrarlas..., pero sería cruel, despiadadamente cruel. Es el miedo, seguir derribando árboles y no volverme a contar los estragos, oportunamente ciega, sorda, pájaro que aletea para no sentir la lluvia que entumece. Hay un lugar, siempre abandonado y ocluido por las sombras, un lugar de encuentros con los fantasmas, las consecuencias, el enigma y las dudas, trillado por demás y turbio por característica, un lugar tan auténtico como poseído... nadie es culpable.

María Antonia Segarra

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