lunes, 19 de septiembre de 2011 | By: Circleliteratus

Guillaume Apollinaire a Lou... (Carta)

Navidad. Mi amor, hoy recibí dos cartas tuyas -estoy contento, contento!. Hace frío de perros y un sol magnífico. Tengo salida del cuartel el primero de enero; te telegrafiaré las horas de llegada. Alístate!.
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Tesoro mío, perdona mi tristeza de las últimas cartas. No recibí nada tuyo. hoy recibí tus cartas VIII y X. Me falta la IX. yo no volví a numerar las mías porque me pierdo. Les pongo fecha y escribo todos los días. Del estómago estoy bien, me curó el cinturón de franela. Los detalles de mi permiso no podrían ser más vagos. Sé que tendré 48 horas, 24 de las cuales se irán en el viaje. Llegaré a niza de noche seguramente. Pero ya te telegrafiaré todo eso. Me pides mayor precisión, cosa que me gusta mucho, pero en la vida militar muchas cosas son imprecisas para el soldado raso. Además, el lema aqui es: “no hay que tartar de entender!. Yo te adoro, mi amor. Te deseo. Me meto dentro de ti con toda mi fuerza. Te estrecho y te acuno en mis brazos. Lanzo como un dardo toda mi fuerza vital en ti. Tomo tus labios. Amor, te deseo tanto que me haces rugir. Ahora, contesto tu carta X: dejo de estar triste, amor mío, desde el momento en que me amas. Y ya no sé a qué maldades hacías alusión. Sin duda al egóismo de Memé. Qué ha dicho ella respecto a mi compromiso?. Lo sé bien mi amor, nada podrá separarnos, pero esos días yo estaba sin noticias de ti., no sé porqué me puse celoso tontamete y supuse que te habrías ido a Marsella sin decírmelo. Sí, mi amor, nuestras palabras se han intercambiado y personas como nosotros no faltan a su palabra. Tienes razón al regañarme. Me vuelvo como una bestia cuando dudo y me enloquezco. Te confiaré todo. Pero a menudo mi nerviosismo me arrastra y mi imaginación me arrebata.
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Lou, que bien sabes decir las palabras que consuelan. Eres un instrumento de música exquisita. Tus melodías me transportan al cielo. Tú eres mi música, mi poesía, mis nueve musas, mis tres gracias. Sí, mi amor, regáñame, no tengo derecho de dudar, pues siendo libres el uno y el otro nos entregamos libremente y debemos pensar como piensas tú, para ser dignos el uno del otro. Sí, mi amor, no hablemos de nuestra felicidad. Voy a escribirle esta noche a Rouveyre que te ha visto varios veces, que he tratado de flirtear contigo pero que no ha resultado, que somos buenos amigos, eso es todo. De manera que tú puedes, si le escribes, hacerlo en ese tono. Además, no es necesario que le escribas. Yo creía que Janes Mortier se había ido. Sí, feliz navidad mi amor. Nuestra navidad es nuestro amor. Lo dices tú, poestisa archidivina.
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Hasta luego mi amor, te beso con todo mi corazón, con toda mi fuerza, te amo y te amo toda.

Guillaume.

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