sábado, 30 de abril de 2011 | By: Circleliteratus

Marguerite Duras...

"Yo soy una escritora, no vale la pena decir nada más"

Marguerite Duras


Palabras que son un freno para la crítica y una invitación más que seductora para el lector. Esencia del creador que opta por vivir su vida, en una constante novela y vivir su obra como realidad cercana.

Esgrimía la expresión “desgracia maravillosa” para exponerse a esa tortura, ese banquete que no deja ningún sosiego, ese botín que queda desamparado y extraviado, perdido cuando se termina un libro.

Difícil no obviar la anécdota del personaje que fue Duras, Nacida en Cochinchina el 4 de abril de 1914 y fallecida en Paris en 1991. Difícil no hablar de su rol como miembro de la resistencia; de su desengaño político al ser expulsada del partido comunista; de su vida sentimental, de su adicción al alcohol; de su relación intima con el cine y el teatro; en fin de su única pasión: la escritura a la que ella misma se refiere con estas palabras:

“La escritura se vuelve salvaje. Se alcanza un salvajismo ante la vida y se la reconoce siempre, el de los bosques, el salvajismo ancestral como el tiempo; el del miedo a todo indistinto e inseparable de la vida misma.
“Es muy duro escribir como yo escribo. Literalmente me hago polvo”
Se combate con saña, no se puede escribir sin la fuerza del cuerpo, hace falta ser fuerte para escribir, hay que ser más fuerte que lo que se escribe”

Duras prefirió instantes literarios en los que la hoja en blanco ha hecho las veces de espejo, donde la mirada del escritor no está al servicio de una trama imaginaria. El argumento en ella, es el de una literatura ensimismada, en la que la autora se ahoga dentro del texto e impugna la grafía artística ajena a ella misma. No anhela fundar una ficción que no la incluya en la escena y que le niegue el papel protagónico. Indagar en sí misma el elemento expresivo y de este modo exhibirse al juicio del lector ha sido la provocación de Duras. Contemplarse a uno mismo no imposibilita observar al mundo; más bien nos reafirma que el mundo ya coexistía antes de nosotros y que la pluma siempre está gobernada por una razón empapada del "Yo”,

Hoy nos convoca, como afirma Pilar Adón, “una escritora que logró dejarnos libros espléndidos. Y supongo que eso es lo único que importa cuando hablamos de literatura. Los libros y, tal vez, la pasión de su autor. Lo demás, por qué no decirlo, es sólo decepción y podredumbre”.

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